¿Qué hace esa niña ahí, vestida de esa guisa, inmóvil, en un altar repleto de flores? Una imagen que parece de un tiempo o de un lugar remotos, pero no, se ha producido hace sólo unos minutos en la localidad madrileña de Colmenar Viejo. Forma parte de la insólita fiesta de La Maya, una tradición que festeja la primavera y la fertilidad, con siglos de antigüedad, y que ahora deja a muchos boquiabiertos, dentro y fuera de España.