Niños disléxicos, no vagos
“Es una cosa que nos pasa algunos niños que hace que se nos mezclen las letras”. Así define la dislexia Carlota, una pequeña que sabe muy bien de lo que habla.
Los niños que conviven con ella nos explican que se manifiesta a la hora de leer o escribir: se bajan a la línea siguiente antes de tiempo cuando leen, cambian el orden de letras o números y, por lo tanto, aumentan sus faltas de ortografía o leen más despacio.
En el colegio algunos sufrían bullying y todos compartían esa acusación constante de no esforzarse, esa presión para mejorar. Eso les hacía sentirse inferiores a sus compañeros, les hacía pensar que no valían nada.
Todo cambió cuando sus padres les explicaron que tenían dislexia, una palabra que explicaba todas las dificultades a las que se enfrentaban a diario. Y entendieron que ser disléxico no es nada malo, sino algo completamente normal.