"Jamás se le puso un dedo encima a mi hija". Eso es lo que dice María Alejandra Benítez. Habla, por primera vez, ante una cámara apenas una semana después de que su pequeña, Naiara, muriera torturada por su tío, el asesino confeso. La maltrató durante horas hasta matarla. Todo el entorno familiar está siendo investigado.