Lágrimas por la pequeña fallecida en el accidente del castillo hinchable
En el colegio de la pequeña Aran la despedían entre lágrimas. Una atracción tan aparentemente inofensiva le costó la vida, y a punto estuvo de hacerlo también con otros seis niños que jugaban con ella. En Tordera aún no podían creerse lo que ocurrió.
El pequeño Quim se libró por poco. Por algo tan simple como que le entró sed, así que se bajó un momento del castillo. Minutos después, ocurría la tragedia.
Los dueños del restaurante siguen en estado de shock. Hoy, Jaume ha declarado en comisaría como testigo y su abogado intenta restar importancia al hecho de que no contaban con el permiso municipal.
El propio abogado baraja la posibilidad de que algo obstruyera una válvula y el aire caliente del motor pudiera hacer que la atracción se elevase y saliese disparada. Pero la hipótesis más destacada, la que maneja la investigación, es que uno de los cierres no estuviese bien sellado.
El castillo tenía una cremallera y un velcro. Pero es probable que sólo estuviera cerrado el velcro. Los saltos de los niños pudieron soltarlo de pronto y el escape de aire terminó haciéndolo volar hasta el tejado.