La familia de Antonio estuvo durante casi 300 días en un sin vivir por el secuestro. Su hermana, Alejandra, acude al Chester y nos cuenta cómo vivió ella durante esos fatídicos meses de incertidumbre. “Te escribí una carta despidiéndome de ti porque no sabía si te iba a volver a ver o no. La rompí porque me sentía muy mal”, confiesa visiblemente emocionada.