En los cuentos de Navidad de Castle no se salva ni Papá Noel

Una familia está jugando con la nieve de Central Park cuando ven cómo un objeto cae a gran velocidad y se estrella violentamente contra el suelo. Sin salir de su asombro, comprueban que es... ¡¡¡Santa Claus!!! ¿Resbaló del trineo? ¿Fue asesinado y después arrojado desde un avión? Castle y Beckett, hasta que la forense descubre una bala en su espalda.

¿Quién es ese hombre? ¿En qué lío estaba metido? ¿Quién es el asesino de Papa Noel? El escritor y Beckett empiezan a indagar sobre el pasado de la víctima y descubren que este Santa Claus no venía de Finlandia, sino de Wall Street.

Tras visitar el humilde hogar de la víctima, una pista pone al escritor tras los pasos de un hombre llamado David Dunne. Los vecinos aseguran que vieron a ese hombre amenazar al Santa Claus asesinado y, además, Dunne tiene una avioneta. Parece que el caso está claro y Castle y Beckett acuden a su lugar de trabajo para interrogarle, una academia de Santa Claus. Ho! Ho! Hooo!

Tras demostrar su inocencia, todo apunta a que el asesino es un antiguo cliente que fue estafado con uno de los fondos de inversión que ‘colocaba’ la víctima, aunque el caso da un nuevo giro y consiguen encontrar al verdadero asesino. No sin antes escuchar algunas de las disparatadas teorías de Castle, en esta ocasión sobre un reloj de lujo.

Al final, Castle ve cómo sus planes de Nochebuena esfuman. Su hija Alexis ha quedado con un par de amigos, su madre quiere ir a un concierto de Villancicos y Beckett tiene que trabajar en turno nocturno. Y es que la Navidad no significa lo mismo para todos… ¿o sí?