Cada Navidad,
el percebe, la gamba, el centollo o el langostino son los protagonistas
indiscutibles de miles de mesas en los hogares españoles. Por eso,
marineros y mariscadores sacan fuerzas para luchar contra las inclemencias del mar y el viento para capturar el mejor producto.
Se juegan tres cuartas partes de las ganancias del año y hay que arriesgar.