Patricia se empeña en llevar a Koko a todos los partidos de su equipo de fútbol favorito. Una de sus amigas nos ha confesado en secreto que muchas veces no le dejan pasar con el perro y que se han tenido que quedar en el bar de al lado viendo el partido. Pero como Patri no se rinde nunca, por fin ha conseguido que Koko disfrute del partido.